La finalidad esencial en la
que se basa este modelo es destacar el aprendizaje del niño en diferentes
ámbitos con el propósito de mejorar déficits en las áreas de comunicación,
cognición, percepción, imitación y habilidades. Así pues, el modelo TEACCH se
fundamenta en cinco componentes:
- Focalización en el aprendizaje estructurado.
- Uso de estrategias visuales para orientar al niño en el aprendizaje del lenguaje y la imitación.
- Aprendizaje de un sistema de comunicación basado en gestos, imágenes, signos o palabras impresas.
- Enseñanza de habilidades académicas (colores, números, formas, etc.).
- Trabajo de los padres como coterapeutas en el hogar.
Puesto que la intervención llevada a cabo tiene que ser tratada de manera individualizada, previamente se debe seguir una serie de fases que permitirán establecer los objetivos que se desean conseguir en cada caso.
- Evaluación de las habilidades.
- Búsqueda de objetivos consensuados con la
familia para conocer su opinión acerca de las destrezas del niño y sus preferencias de cambio.
- Expresar en forma de objetivos las
prioridades que se persiguen.
- Realizar un planteamiento individualizado para entrenar las destrezas.
Una vez llevado a cabo este proceso se deben establecer los objetivos en los que se fundamenta el modelo TEACCH.
- Aprender el papel y la importancia de la comunicación.
- Desarrollar estrategias que le ayuden a disfrutar de las relaciones sociales y a entender a los demás, lo que también le permitirá un mayor bienestar en el hogar.
- Enseñar a encontrar significado y orden en su mundo.
- Superar sus problemas de adaptación escolar, previniendo la institucionalización innecesaria.
- Incrementar su motivación y capacidad para explorar y aprender.
- Eliminar la frustración que producen las barreras comunicativas asociadas a muchos problemas de conducta.
- Adecuarse al ritmo del desarrollo de sus funciones intelectuales.
- Enseñar el concepto de causa y efecto para demostrarles que si bien hay acontecimientos incontrolables también hay otros que se pueden prever.
- Dominar la motricidad fina y gruesa mediante ejercicios físicos y actividades de integración.
- Desarrollar habilidades que le permitan una mayor independencia en el ámbito familiar y escolar.
- Ayudar a los familiares a convivir con la persona con TEA.
- Fomentar destrezas significativas para la vida adulta.
Por
otro lado, el método TEACCH se apoya en una serie de principios
educacionales y de investigación:
PRINCIPIOS EDUCACIONALES Y DE INVESTIGACIÓN DEL TEACCH
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1.
Adaptación óptima
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Nuevas habilidades
Acomodar
el ambiente al déficit
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2.
Colaboración entre padres y profesionales
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Edad temprana: personal clínico, pediatra, logopeda
Edad escolar: maestros.
Edad adulta: empleo con apoyo, empresas, mediadores…
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3.
Intervención más eficaz
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Énfasis en habilidades
Reconocimiento
y aceptación de debilidades
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4.
Énfasis en la teoría cognitiva y conductual
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Currículo de comunicación
Metáfora de iceberg
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5.
Asesoramiento y diagnóstico temprano
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Escala de Evaluación del Autismo Infantil (CARS)
Perfil
psicoeducativo (PEP-3)
Perfil
psicoeducativo de adolescentes y adultos (AAPEP)
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6.
Enseñanza estructurada con medios visuales
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Espacio físico
Horario
Sistemas de trabajo
Organización de tareas
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7.
Entrenamiento multidisciplinar en el modelo generalista
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Características del autismo
Diagnóstico
y evaluación formal e informal
Enseñanza
estructurada
Colaboración
entre padres y profes.
Comunicación
Habilidades
sociales y de ocio
Trabajo
independiente
Control
conductual
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1. Adaptación óptima para que el método se
ajuste lo máximo posible a la persona a la que va dirigido, se debe tener
en cuenta sus gustos, estilos y forma de
vida. Por ejemplo, si un estudiante está muy apegado al
color rojo, las partes más importantes de sus trabajos pueden marcarse en rojo.
2. Colaboración entre padres y profesionales: los padres de las personas con TEA observan la
conducta de un padre consejero para continuar aplicando el tratamiento en casa
y los programas escolares ofrecen instrucción individualizada, potenciando las
habilidades que son acordes a la edad y nivel evolutivo del niño. En general,
el énfasis se pone en las habilidades comunicativas, de socialización y en la
independencia y preparación para la vida adulta. Es importante destacar que los
estudiantes autistas reciben este tratamiento en escuelas públicas regulares,
ofreciendo la posibilidad de aprender de sus iguales no discapacitados.
3. Intervención más eficaz: se debe tener en cuenta tanto sus fortalezas como sus
debilidades, con la finalidad de trabajarlas y mejorar todavía más aquellos
aspectos en los que destaca y poder solventar o minimizar por otro lado las
dificultades que le atañen.
Principalmente, se presta atención a las áreas de
comunicación, autoayuda, destrezas vocacionales y destrezas de recreación/uso
de tiempo libre.
4. Énfasis en la teoría cognitiva
y conductual: una gran parte de las
conductas que muestran las personas con TEA, son producidas por su dificultad
cognitiva para comprender qué se espera de ellos. El currículo de comunicación parte de la importancia de fomentar las
relaciones de la persona y la metáfora del iceberg defiende la idea de que si las dificultades
que presentan estas personas no son solventadas, se pueden expresar en forma
de conductas repetitivas
(estereotipadas) y disruptivas, negativismo, autoagresiones, heteroagresiones y autoaislamiento.
Metáfora del iceberg
5. Asesoramiento y diagnóstico
temprano para aumentar las
expectativas acerca de la mejora del trastorno y, a su vez, reducir la angustia
de los familiares.
6. Enseñanza estructurada con medios visuales: enfatiza la utilidad que tiene para los niños con
TEA trabajar el aprendizaje de manera visual. Por ejemplo, es muy frecuente el
uso de pictogramas para enseñar una rutina que se debe realizar.
7. Entrenamiento
multidisciplinar en el modelo generalista: se deben tener en cuenta todos los ámbitos en los que interacciona la
persona con la finalidad de cubrir todas las necesidades que demanda.
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