El método TEACCH incorpora la elaboración de agendas diarias
individualizadas para abordar las necesidades de claridad y predictibilidad de
los alumnos con TEA. El hecho de no anticipar con estos alumnos les va a
generar sentimientos de ansiedad, nerviosismo, preguntas reiteradas, desorden
mental y problemas conductuales. Para evitarlo, esta organización temporal y de
las actividades realizadas les proporciona, con el tiempo, mayor autonomía e
independencia, ya que se basan en rutinas consistentes que les indican cuándo
han de cambiar de tarea.
Las pautas que guían
su elaboración son el nivel de abstracción, que consiste en un trabajo
con más soportes reales en actividades que demanden ser realizadas en lugares
específicos del aula; mientras que los conceptos más abstractos aluden a
palabras o enunciados (por ejemplo: los días de la semana) donde es la rutina
la que da significado a estos símbolos. La longitud que deben tener
(un alumno con poco desarrollo cognitivo puede comenzar con tres actividades
aproximadamente para ir aumentando la complejidad de manera gradual). Por último,
debe adecuarse a los destinatarios a los que va dirigida esta agenda
estructurada, estableciendo un equilibrio entre las actividades y el
tiempo de descanso. No deben reducirse a secuencias elementales de tareas, sino
que progresivamente se le va dando al niño la posibilidad de elaborar sus
propios horarios y rutas de acción.
Es fundamental que las
agendas se dispongan en clase de manera que estén a la vista de los alumnos y,
a poder ser, cerca de la puerta para tenerlas en cuenta cada mañana al comienzo
de la rutina.
En las agendas, se
trabaja asociando cada día con una actividad central para facilitar la
comprensión y la situación espacio-temporal. Por eso, es más sencillo comenzar
con agendas semanales para pasar posteriormente a las mensuales.
De forma más específica
pueden elaborarse las llamadas agendas de pasos para planificar una tarea a
realizar. En estos casos se fomenta la autonomía del niño, ya que constituye
una guía ilustrada con viñetas, fotos, escritos, objetos reales, etc.
Aparte de estas
agendas de planificación, se pueden emplear otras en función del contexto (por
ejemplo: ir de excursión o a un cumpleaños), a la hora de realizar elecciones,
como ayudas para realizar tareas o comprender las normas de comportamiento (por
ejemplo: imagen de “silencio” en la biblioteca de la escuela).
La representación de
su contenido sigue una progresión gradual desde el objeto real hasta
ilustraciones más abstractas:
Agendas y Horarios
concreto y enriquecedor
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